Tres de cada cuatro adultos experimentarán enfermedad de las encías durante su vida

Los problemas de las encías ocurren entre los adultos y son más comunes en los adultos mayores, los diabéticos, las mujeres embarazadas, aquellos que toman algunos medicamentos y en los fumadores. Los problemas de las encías se deben a la acumulación de placa en la línea de las encías. La placa dental se compone de bacterias y necesita eliminarse regularmente, de lo contrario se endurece formando sarro, el cual sólo puede ser removido por odontólogos o especialistas en higiene oral. La incidencia de enfermedad de las encías es alta, lo que resalta la importancia de reconocer los signos tempranos de la enfermedad antes de que pueda progresar a periodontitis y eventualmente conducir a la destrucción del hueso y la pérdida de piezas dentales.

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La enfermedad de las encías es un problema de salud importante, ya que entre el 60 y el 80% de la población de países industrializados padece gingivitis (sangrado de las encías) y entre el 10 y el 20% padece periodontitis (pérdida dental) / OMS

 

Casi todas las enfermedades de las encías son causadas por placa bacteriana

Casi todas las enfermedades de las encías son causadas por placa bacteriana. Algunas bacterias en la placa liberan sustancias que pueden ser irritantes y tóxicas para el tejido de las encías, lo que resulta en una inflamación local de este tejido. La enfermedad es progresiva y a menudo el paciente no presenta síntomas hasta que los dientes se aflojan y están en riesgo de perderse. Con frecuencia, los signos de la enfermedad de las encías no son evidentes a simple vista.

Síntomas de enfermedad de las encías

Las encías sanas tienen un color rosado, consistencia firme y se ajustan muy bien a cada diente. Los signos de problemas en las encías son encías enrojecidas, dolorosas y sangrantes, especialmente después del cepillado. El mal aliento también puede ser un signo de problemas en las encías. Si sospecha que tiene problemas gingivales consulte con su odontólogo o especialista en higiene oral.

Algunos signos de enfermedad de las encías incluyen:

  • Mal aliento o mal sabor de boca
  • Dientes que parecen estar flojos o que han cambiado de posición
  • Encías rojas, hinchadas y/o que sangran fácilmente (el tejido sano es rosado, tiene apariencia de cáscara de naranja y no sangra)
  • Pus entre los dientes y encías (las encías sanas se ajustan bien a los dientes y no sangran)

Equilibrio bacteriano

Nuestro cuerpo coopera con las bacterias y la boca no es la excepción. La cavidad oral contiene alrededor de 800 especies diferentes de bacterias y hay más de mil millones de bacterias en cada diente. Bajo condiciones normales, éstas bacterias se encuentran en equilibrio y confieren protección contra enfermedades, pero cuando se altera el equilibrio entre las bacterias de la boca debido a una mala higiene oral, a una mala alimentación o al estrés, las bacterias formadoras de placa pueden obtener ventaja, causando problemas en las encías.

La importancia de nuestras bacterias

 

Gingivitis y periodontitis

La inflamación de las encías (gingivitis) se encuentra en más de la mitad de la población adulta. La gingivitis es causada por la placa dental y los primeros signos a menudo son irritación, inflamación y sangrado de las encías. La gingivitis produce un proceso inflamatorio que, si no es tratado, progresa y se profundiza en bolsas periodontales, lo cual puede desencadenar periodontitis, una patología que afecta a un tercio de la población adulta. La periodontitis a menudo es crónica y puede conducir a la pérdida de dientes.

 

¿Cómo se desarrolla la periodontitis?

Placa. Las encías sanas tienen un color rosa claro y se ajustan bien alrededor de cada diente. No sangran durante el cepillado ni con el uso del hilo dental. Una película bacteriana conocida como placa dental se forma continuamente en y entre los dientes, así como en la línea de las encías. La placa dental se puede formar en un solo día y consiste en microorganismos, proteínas salivales y residuos de alimentos o bebidas. Si usted no limpia sus dientes y encías regularmente, la placa dental se acumula y las encías empiezan a inflamarse.

Gingivitis. Un signo temprano de gingivitis es que las encías sangran durante el cepillado o al utilizar hilo dental. Las encías inflamadas pueden ser rojas y estar tensionadas, pero generalmente no generan dolor, por lo que puede ser difícil que usted detecte la presencia de gingivitis por su cuenta. La inflamación de las encías conduce a la formación de bolsas entre los dientes y las encías.

Periodontitis. Si la gingivitis no se trata a tiempo existe el riesgo de que se extienda al hueso y a los ligamentos que sostienen los dientes. Los bolsillos periodontales causados por la inflamación se vuelven más profundos y las bacterias gradualmente se extienden hasta llegar al hueso, haciendo que los dientes pierden más y más su adhesión. Esta situación se conoce como periodontitis. La progresión de gingivitis a periodontitis es lenta y puede durar años sin la aparente aparición de síntomas, por lo que requiere de una intervención profesional para ser tratada, de lo contrario, el proceso seguirá su curso y eventualmente conducirá a un aflojamiento y posterior pérdida dental.

 

Caries

Tanto las caries como la periodontitis se originan a partir de una alteración en el equilibrio y la diversidad de la biopelícula bacteriana. Las causas que contribuyen pueden ser una mala higiene oral, una dieta no saludable, el estrés y/u otros factores que afectan el microbioma oral. Las caries son causadas principalmente por la presencia de la bacteria Streptococcus mutans, la cual genera un ambiente local de bajo pH que a su vez desmineraliza el esmalte dental.

 

Halitosis – Mal aliento

El mal aliento o la halitosis, se puede presentar de forma ocasional o ser permanente, dependiendo de la etiología. Algunas de las causas comunes son una mala higiene oral, enfermedad periodontal, infecciones del tracto respiratorio o enfermedades subyacentes como la diabetes, la enfermedad renal o hepática y la enfermedad por reflujo gastroesofágico